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Cinco productos de tabaco que están alimentando una epidemia mundial

Los cigarrillos pueden ser la forma más frecuente de consumir tabaco, pero las grandes tabacaleras venden y promueven muchos productos adictivos y peligrosos.

La mayoría de las personas que consumen productos de tabaco quieren dejarlos.

Pero la industria tabacalera no se los hace fácil. Además de la naturaleza sumamente adictiva de los productos de tabaco, la industria intenta detener las políticas que podrían ayudar a las personas a dejar de fumar e impedir que más personas comiencen a hacerlo. Las grandes tabacaleras —las cuatro compañías tabacaleras internacionales más grandes, Philip Morris International (PMI), British American Tobacco (BAT), Japan Tobacco International (JTI) e Imperial Brands—luchan regularmente contra medidas como políticas libres de humo, mayores impuestos al tabaco y menores niveles de nicotina en cigarrillos, prohibiciones de publicidad y más.

La industria también promueve activamente sus productos adictivos y nocivos. Aunque algunas compañías tabacaleras se están diversificando hacia productos que no contienen tabaco, como las bolsas de nicotina y los cigarrillos electrónicos (también conocidos como vapeadores), la industria mantiene la epidemia de tabaquismo en todo el mundo con estos cinco productos principales.

1. Cigarrillos

Los cigarrillos son el producto de tabaco más común del mundo y representan alrededor del 80 % del mercado mundial de tabaco (Euromonitor). Solo en 2019, se fumaron más de 5 billones de cigarrillos en todo el mundo. Algunas compañías tabacaleras, como PMI y BAT, afirman que quieren un futuro “libre de humo”, pero continúan introduciendo marcas de cigarrillos y publicitando cigarrillos en todo el mundo, inclusive a los jóvenes. ¿Por qué siguen promocionando un producto que denuncian públicamente y que acaba con la vida de hasta la mitad de sus consumidores? Porque los cigarrillos les resultan sumamente rentables. En 2020, el valor minorista mundial de los cigarrillos era de aproximadamente USD 717 mil millones.

2. Bidis

Los bidis son cigarrillos liados a mano que contienen tabaco triturado y están envueltos en hojas de tendu. Los bidis, que se consumen principalmente en el sur de Asia, son el producto de tabaco fumado más común en la India, con casi 72 millones de consumidores adultos. Los bidis implican amenazas únicas para la salud. Producen más alquitrán y monóxido de carbono que los cigarrillos tradicionales y se sabe que dañan la salud de los trabajadores que los lían, generalmente en sus propios hogares y el 90 % de ellos son mujeres y niños de bajos ingresos. La industria está “notoriamente desregulada” y por lo tanto evita muchas regulaciones locales y nacionales de control del tabaco. Los bidis se venden baratos, lo que los hace más accesibles para los jóvenes, y generalmente se venden sin las advertencias sanitarias requeridas.

¿Por qué las compañías tabacaleras siguen romocionando un producto que denuncian públicamente y que acaba con la vida de hasta la mitad de sus consumidores? Porque los cigarrillos les resultan sumamente rentables.

3. Tabaco sin humo

A diferencia de los cigarrillos y los bidis, el tabaco sin humo se consume sin quemar tabaco. Según el producto, los consumidores huelen o mastican tabaco, o lo guardan entre el labio y la encía. Los productos comunes de tabaco sin humo incluyen rapé, snus y pan masala. Al igual que los bidis, el tabaco sin humo es más prominente en el sur de Asia, y la mayoría de sus consumidores viven en India y Bangladesh. Algunas personas pueden pensar que estos productos son más seguros porque no implican fumar, pero el tabaco sin humo está relacionado con el cáncer oral, de esófago y de faringe y con enfermedades cardíacas, y se cobra más de 90.000 vidas cada año en todo el mundo. Cada una de las 4 grandes compañías tabacaleras ha invertido en snus, un tipo de tabaco sin humo común en Escandinavia, para intentar reforzar sus afirmaciones de “reducción de daños” y posiblemente promover el consumo de tabaco en lugares donde fumar está prohibido.

4. Pipas de agua

Las pipas de agua también se conocen como narguiles o shisha. Son más populares en el Mediterráneo oriental y Europa, aunque se informó que estaban en el mercado del 70 % de los países en 2018. Los consumidores inhalan el humo de tabaco que pasa a través de un bol de agua en el dispositivo y a una manguera conectada a una boquilla. Su consumo ha aumentado, especialmente entre los jóvenes, en parte debido a la introducción de sabores en la década de 1990 y a la exención de las pipas de agua de algunas políticas de control del tabaco, como las prohibiciones de sabores. Solo una de las cuatro grandes compañías tabacaleras tiene una marca de pipas de agua: En 2012, Japan Tobacco International adquirió Al Nakhla, el mayor fabricante de tabaco para pipas de agua del mundo en ese momento, con sede en Egipto. En 2019, se publicaron dos patentes para pipas de agua electrónicas presentadas por Philip Morris Products SA, lo que indica la intención de posiblemente unirse al mercado.

5. Productos de tabaco calentado

Los productos de tabaco calentado (HTP, por sus siglas en inglés) son un producto de tabaco relativamente nuevo. Utilizan un elemento de calentamiento eléctrico para calentar las varillas de tabaco. Pueden parecer cigarrillos electrónicos, pero los HTP contienen tabaco. Cada una de las 4 grandes tabacaleras vende marcas de HTP, y todas comercializan sus HTP con afirmaciones implícitas de que son más seguros que fumar cigarrillos, utilizando mensajes como “libres de humo” y “riesgo potencialmente reducido”. Sin embargo, la evidencia muestra que las emisiones de los HTP pueden considerarse humo, y que si bien los HTP exponen a sus consumidores a niveles más bajos de sustancias químicas nocivas, otras están presentes en niveles más altos que el humo del cigarrillo. En última instancia, no se ha demostrado que los HTP reduzcan el riesgo de enfermedades relacionadas con el tabaco.

Si bien la tasa de consumo mundial de tabaco entre las personas de 15 años o más está disminuyendo lentamente —de aproximadamente 33 % en 2000 a un 19,8 % proyectado en 2025— en realidad se prevé que crezca en algunos países, incluidos Congo, Egipto, Indonesia, Jordania, Omán y Moldavia, según el último Informe mundial de la OMS sobre las tendencias en la prevalencia del consumo de tabaco 2000-2030.

La buena noticia es que, si bien la industria tabacalera es implacable en su intento de captar el mayor número posible de nuevos clientes, el control del tabaco funciona. Se ha demostrado que políticas como el aumento de los impuestos al tabaco, las leyes antitabaco y las prohibiciones de marketing y sabores reducen el consumo de tabaco. Para que estas políticas sean eficaces, todos los productos que contienen tabaco deben clasificarse como productos de tabaco y todos los productos de tabaco deben estar alcanzados, a pesar de los esfuerzos de la industria por establecer un trato preferencial, como exenciones de las políticas libres de humo para los HTP.

Si los gobiernos dan prioridad a estas políticas y trabajan activamente para evitar que la industria interfiera en estas y otras políticas de salud, estarán tomando medidas significativas para proteger la salud de las personas, sus economías y el medio ambiente.