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¿Qué es la industria tabacalera?

La industria tabacalera no solo produce cigarrillos. Conozca esta industria y los secretos sucios que intenta mantener ocultos.

Es una pregunta sencilla, pero la respuesta es más compleja de lo que se cree. La industria tabacalera no solo está formada por las grandes empresas tabacaleras y no solo produce cigarrillos. Y, sobre todo, la venta de sus productos no es el único objetivo comercial de la industria.

Analice con mayor profundidad la información sobre lo que la industria tabacalera es y lo que hace, incluyendo las partes en las que no quiere que el público se concentre.

¿Qué tamaño tiene la industria tabacalera?

Las mayores empresas tabacaleras transnacionales del mundo se conocen como las 4 Grandes, e incluyen Philip Morris International (PMI), British American Tobacco (BAT), Japan Tobacco International (JTI) e Imperial Brands. La China National Tobacco Corporation es el mayor productor de cigarrillos del mundo, pero es una entidad estatal y atiende principalmente a su propio mercado nacional. Juntas, estas empresas venden billones de cigarrillos en todo el mundo cada año, garantizando la continuidad de la epidemia de tabaquismo y asegurando sus futuros beneficios a costa de la salud pública.

Learn the harms of the tobacco industry

La industria tabacalera está presente en casi todos los países. Además de las empresas tabacaleras más pequeñas que operan en países o regiones específicas, las 4 Grandes dirigen filiales locales en todo el mundo. Por ejemplo, British American Tobacco South Africa es una filial local de BAT, con sede en el Reino Unido. Los beneficios fluyen desde las filiales locales de las 4 Grandes hacia la sede central de las empresas.

Aunque estas grandes empresas tabacaleras son los actores más visibles de la industria, también hay otras personas y empresas que contribuyen al negocio de la industria, como los cultivadores y procesadores de tabaco, las empresas de logística y otras. Una mirada más profunda a la cadena de suministro de la industria tabacalera revela la intrincada y vasta red de empresas que desempeñan un papel en la producción y venta de tabaco en todo el mundo.

También están los aliados de la industria tabacalera. Estas empresas y organizaciones no fabrican ni venden productos del tabaco, pero trabajan con la industria para ayudar a promover su negocio. Algunos aliados promueven abiertamente los intereses de la industria, como los grupos comerciales del tabaco, mientras que otros ayudan a promover la agenda de la industria de forma más discreta. Los nombres de algunas organizaciones hacen parecer que trabajan en contra de la industria, como la Fundación para un mundo libre de humo o la Fundación para la eliminación del trabajo infantil en el cultivo del tabaco. Una mirada por debajo de la superficie muestra rápidamente que ambos grupos están financiados, total y parcialmente, respectivamente, por la industria tabacalera y a menudo acaban promoviendo agendas y narrativas alineadas con la industria. Tomar los mensajes de los aliados al pie de la letra, sin mirar debajo de la superficie, hace que sea fácil confundir estas organizaciones como independientes y pasar por alto sus conexiones con la industria.

¿Qué productos vende la industria tabacalera?

La industria tabacalera es más conocida por vender cigarrillos. Aunque el consumo de tabaco está disminuyendo en muchas partes del mundo, las compañías tabacaleras igualmente vendieron aproximadamente 5,2 billones de cigarrillos en 2020. Algunas de las principales empresas tabacaleras afirman que quieren dejar de vender cigarrillos, pero el análisis de sus reuniones de accionistas y otras actividades comerciales sugiere que los cigarrillos siguen siendo su producto estrella y que seguirán siéndolo si no se realizan intervenciones políticas.

La industria también gana dinero con otros productos de tabaco adictivos. Los bidis son pequeños cigarrillos liados a mano que contienen más nicotina, alquitrán y monóxido de carbono que otros cigarrillos. Se fabrican principalmente en la India con una mano de obra de la que hasta el 25 % son niños. El snus es otro producto de tabaco adictivo, que se vende como tabaco suelto o en bolsitas que se colocan entre la encía y el labio superior. El uso de snus se asocia a un mayor riesgo de cáncer pancréatico.

No se puede confiar en que la industria tabacalera se autorregule o proporcione soluciones seguras y fiables a la epidemia de tabaquismo que ha creado.

Los productos de tabaco calentado (HTP, por sus siglas en inglés) son el nuevo producto de tabaco de la industria. Son dispositivos electrónicos que pretenden calentar el tabaco en lugar de quemarlo. Cada una de las 4 Grandes vende un HTP, pero el producto de PMI, IQOS, tiene la mayor cuota de mercado de HTP. Los HTP se comercializan como los llamados “productos de riesgo reducido” a pesar de que todavía se desconocen los efectos a largo plazo sobre la salud de estos productos de tabaco adictivos.

La industria tabacalera también vende productos adictivos de nicotina que no contienen tabaco, incluidos los cigarrillos electrónicos, como Vuse de BAT, y también bolsitas de nicotina. Investigaciones recientes han revelado pruebas preocupantes de que la industria está tratando de crear adicción entre los jóvenes a estos nuevos productos de nicotina y tabaco, presentándolos como productos de alta tecnología y con un estilo de vida sofisticado.

¿En qué más está implicada la industria?

La industria tabacalera no solo se dedica a fabricar, comercializar y vender productos del tabaco. También dedica mucho tiempo y dinero a la financiación y promoción de la ciencia engañosa, al cabildeo y a la realización de las llamadas actividades de responsabilidad social corporativa para crear la ilusión de una industria responsable. Todas estas tácticas y otras más forman parte de una estrategia más amplia de la industria para influir en las políticas con el fin de favorecer sus propios intereses comerciales por encima de la salud pública.

La industria también ha sido acusada de participar en el comercio ilícito de tabaco. Aunque pueda parecer contradictorio facilitar la venta ilegal de sus propios productos, el comercio ilícito puede en realidad beneficiar a la industria tabacalera—puede ser una forma de entrar en nuevos mercados, enganchar a nuevos usuarios y abrir la puerta a interacciones con funcionarios gubernamentales, lo que desafía al Convenio Marco para el Control del Tabaco de la Organización Mundial de la Salud (CMCT de la OMS).

Preocupantemente, la industria tabacalera ha empezado a adentrarse en el espacio farmacéutico. Un ejemplo notable es la reciente adquisición por parte de PMI de Vectura, una empresa de inhaladores médicos cuyos productos pueden utilizarse para tratar enfermedades asociadas al consumo de tabaco. Es probable que este tipo de adquisiciones sea un intento de la industria de diversificar su forma de ganar dinero y obtener beneficios de reputación al ser percibida como parte del sector de la salud, a pesar de que sus productos causan ocho millones de muertes por año.

¿Cómo podemos detener a la industria tabacalera?

No se puede confiar en que la industria tabacalera se autorregule o proporcione soluciones seguras y fiables a la epidemia de tabaquismo que ha creado. La historia ha demostrado que sus acciones sirven, en última instancia, para fortalecer su propia posición financiera, lo que le da el poder de explotar a los países con ingresos bajos y medios e influir en la política de todo el mundo.

Los gobiernos deben enfrentarse a la industria. Muchos lo hacen actualmente, protegiendo a sus poblaciones con impuestos más altos sobre el tabaco, prohibiciones de publicidad, restricciones de venta por edad, espacios libres de humo obligatorios, advertencias gráficas en los paquetes y más. Pero el último Índice global de interferencia de la industria tabacalera muestra que se puede hacer más. Los países que son Partes del CMCT de la OMS deben aplicar plenamente y cumplir sus compromisos con el tratado mundial de salud.

Las medidas de control del tabaco también deben ser apoyadas y aplicadas en todo el mundo. Estas medidas de eficacia probada pueden reducir el consumo de tabaco, lo que conduce a una mejora de la salud pública y a sociedades más productivas.

Por último, hay que desenmascarar las prácticas comerciales engañosas de la industria tabacalera. Gracias a los análisis de los investigadores, al trabajo incansable de los defensores y a los denunciantes que informan de comportamientos potencialmente ilícitos o poco éticos, la visión del mundo sobre el funcionamiento interno de la industria es más clara que nunca.

Hay más cosas que descubrir. Hacer que la industria del tabaco rinda cuentas es un esfuerzo global, y cada esfuerzo nos acerca un poco más. Suscríbase al boletín de STOP en inglés para mantenerse informado.